Daniel Rosado Ávila

 

Anclajes Corpográficos

Un blog reflexivo para abordar la escena coreográfica desde las relaciones existentes entre cuerpo, movimiento, antropología y danza.

No se trata de componer, si no de descomponer.

“Abstraer: Abs – traer quiere decir sacar. Una obra abstracta elimina elementos de su objeto, pero se queda con unos pocos. La abstracción no es un procedimiento que elimine la representación” Chantal Maillard, Contra el arte

En la propuesta, la idea es cambiar la mirada para la composición coreográfica y construirla no tanto poniendo cosas, sino, vaciándola de aquello impuesto por inercias ético - estéticas.

Llamemos cosas, al conjunto de movimientos corporales organizados rítmicamente según narrativas retóricas que dan lugar a la coreografía. Y hagamos un símil entre vaciar y descomponer, unificando la acción de estos verbos para su uso en el lenguaje coreográfico. Entendiéndo esta unión como un espacio que se abre dentro de la coreografía, donde aparece la relación del interprete con su expresión más cotidiana. Un lugar para la simpleza, donde toma fuerza el simple hecho de estar presente.

Podríamos decir que el objetivo de la propuesta está en componer la coreografía evitando trazos gratuitos. Es decir, dar lugar al vacio, evitando movimientos que subrayan la re-presentación y no aportan nada más a las narrativas.

Signifacamos vacío, como aquel espacio temporal, de poca complejidad motriz para el artista en dialogo con el presente. Donde puede relacionarse con su cotidiano abriendo la escucha, aceptando la exposición que esto conlleva y responsabilizándose de sostener la incomodidad del silencio.

La relación que se establece como consecuencia, entre el intérprete y esos espacios rítmico-temporales, provoca tensión escénica con el público. Y se expresa desde el misterio, el interés, la inquietud, la alerta, la apertura al pensamiento, la imaginación y el drama.

Caminar como comienzo a vaciar.

En la práctica:

Paso a paso, pausado, sintiendo como el peso cambia en cada pisada. Poniendo atención en el sonido de tus pies al apoyarse, en el ritmo que evoca.

Implica conscientemente todo tu cuerpo en ese desplazamiento y escucha el ritmo ¿Ya lo tienes…? toca vaciar. Donde habían cuatro, igual solo necesita tres, y donde hay tres, igual con uno basta.

Cuando caminamos se facilita un estado introspectivo que se abre a la reflexión. Si ponemos el foco en la conciencia corporal, podemos sentir la repetición de esos pasos, que en su constancia nos lleva a una sensación rítmica, expresada en compás binario, como  un latir, un tic-tac... La monotonía de esa repetición nos invita al cambio. A buscar nuevos estímulos que justifiquen ese estado latente. Aparecen, como consecuencia, los juegos de ritmos, las paradas, los saltos sobre una misma pierna, los brazos incorporándose permitiendo otras formas de locomoción. Aparecen las esquivas, la toma de decisiones, la conciencia. Se buscan otras estrategias más eficientes, se analizan, se critican. Toma fuerza la expresión, el pensamiento, la concepción estética, la ética, la narrativa y como consecuencia la danza.

Una vez me dijeron; “la danza nace del aburrimiento al caminar...”

En lo somático, habitar el vacío. Esa infinidad de espacios temporales que hay en cada relación tiempo - movimiento. Interiolizarlos desde la repetición y jugar con ellos.

Párate y permítete sentir. Deja que tu mente te sugiera otra pulsión, ve a por ella… y vuelve a parar. Obsérvala… siente que te sugiere… y nuevamente, abórdala. Camina… baila… piensa…

En el vacío…, nada, tú y el entorno.

Imagina que eres el contenedor de la nada. Relaciónate con el vacío para salir del ritmo, ocupando las paradas, dejando que ahí aparezca tu persona. Y observa los matices, aquellos nuevos sonidos que se establecen en relación al entorno. Otras melodías… otras posibilidades…

En lo compositivo, toma decisiones… (¿Ética y estética?)

En lo conclusivo, camina… intuye…

En lo agregado,

Imagina hace muchos miles de años, esos seres nómadas que habitaban la tierra, caminaban durante horas para desplazarse y habitar otros espacios. Ante los obstáculos que se encontraban en el camino, aparecían variaciones rítmicas en las pisadas que alteraban su andar, provocando diferentes sensaciones rítmicas en la locomoción. Esto luego en los rituales, se mostraba como hazañas virtuosas que servían de referentes para educar a la comunidad ante futuras andaduras...